16/04/2024

China, la gran fábrica de pianos del mundo

En que se parecen todas esta marcas de pianos?

Baldwin, Bergmann, Brodmann, Cable Hobart M., Cable&Nelson, Carl Ebel, Essex, Falcone, Everett, Fandrich&Sons, Feurich, Gulbransen, Davis Hallet, Peck Hardman, Heintzman, Kemble, Kohler&Campbell, Henry F. Miller, May Berlin, Moutrie, Palatino, Perzina, Ritmüller, George Steck, Steinberg Gerh, Steinhoven, Story&Clarck, Vose&Sons, Weber, Weinbach, Wendl&Lung, Wyman, y tantas otras…..

Respuesta: En que todas ellas están fabricados en China. A esto hay que añadir que los modelos de  pianos mas económicos de los fabricantes coreanos y japoneses como Yamaha, Kaway, Young Chang o Samick, tambien se hacen en China o indonesia. Segunda pregunta: Y en que se parecen estas pretigiosas marcas? Steinway, Bösendorfer, Bechstein, Blüthner?

Respuesta: En que todas ellas tienen contratos de colaboración con empresas Chinas o asiáticas y/o subcontratan sus segundas marcas, caso de Steinway con BostonBlüthner con Irmler, Bösendorfer con Yamaha o de Schimmel con May Berlin, etcétera.

Si lo que queremos es saber si un piano está fabricado en China u otro país de su entorno como Corea, Taiwan o Indonesia, hay una forma muy fácil, y es mirando el precio. Cualquiera que sea el nombre de marca de un piano, si su precio es inferior a seis o siete mil euros mas o menos, sin mucho temor a equivocarnos podemos afirmar que el piano está fabricado en China o indonesia, quizás en Corea. Esto es así simplemente porque en la actualidad no existen fabricantes de origen europeo o estadounidense que fabriquen pianos por debajo de ese precio. Ahora bien, no es lo mismo un piano chino que un piano fabricado en China, veamos porqué, o como se dice popularmente, separemos “las churras de las merinas”

Hasta ahora, la producción y exportación de pianos en China se ha reducido a la fabricación de pianos de gama baja o media baja, para un público poco exigente que busca fundamentalmente pianos básicos de estudio a precios baratos. Sin embargo, durante los últimos años y como consecuencia de la colaboración entre fabricantes chinos y empresas europeas o americanas, de las fábricas chinas y otros países asiáticos como Corea, están saliendo pianos de un nivel y una calidad bastante aceptable. Por ejemplo, el caso de Boston como segunda marca de Steinway y fabricado por Kaway, el caso de la gama alta de Perzina, el gran cola de Brodmann y varias otras marcas.

Aunque muchas casas de pianos afincadas en Europa mantienen que sus pianos fabricados en china se hacen con los mismos materiales que en Europa, en general esto no es exactamente así. La realidad es que esos materiales de importación tan costosos se reservan para los pianos mas caros, en general los gran cola, el resto se montan con materiales fabricados en China. Por citar un ejemplo, la casa “xxxx” (No es elegante citar nombres) asegura que sus pianos (en plural) fabricados en china llevan máquina Renner, macillos Abel, tablas de resonancia de abeto alemán, etcétera, que importan desde Europa, pero si miramos un poco mas detenidamente, descubriremos que de la línea de pianos que fabrica esa marca, solo el gran cola lleva materiales importados de Europa, el resto de los pianos se hacen con materiales “made in china”.

Una de las prácticas mas comunes que utilizan muchos fabricantes chinos/asiáticos es la de comprar el nombre de una legendaria marca de europea o estadounidense, para “rebautizar” sus pianos, por ejemplo Moutrie, Wendle & Lung, Baldwin, y tantos otros. En realidad esos pianos nuevamente “bautizados” poco o nada tienen que ver con la marca original, y parece obvio que la idea es la de utilizar el prestigio de un nombre mundialmente  conocido como forma de incrementar el valor del producto, mientras que al mismo tiempo se disimula en cierta forma la procedencia real del piano.

Muchas de las personas que compran pianos “rebautizados” con nombres en general germánicos o anglosajones no saben que en realidad están comprando un piano chino. Bien mirado, la cosa tiene cierto “tufillo” a picaresca comercial, pues en la mayoría de esos pianos, aunque lo busques no es posible encontrar ninguna referencia a la procedencia del piano, nada de “made in china”, mas bien generalidades del tipo “German Design”. Una de las pocas excepciones a esa obsesión por usar nombres europeos la tenemos en Young Chang o Samick,  los conocidos fabricantes Coreanos, y en el caso de Japón con Yamaha y Kaway. No parece que el tener un nombre asiático reduzca para nada las ventas y el prestigio de estas grandes marcas.

China es actualmente el primer productor de pianos del mundo, pero también el primer consumidor. Una buena parte de los pianos que salen de sus fábricas se quedan en el propio país para el consumo nacional. El motivo de este espectacular crecimiento en la venta de pianos (y por consiguiente en su fabricación) es la reciente emergencia de una clase media con un poder adquisitivo que antes no existía. En Asía, el piano siempre se ha asociado a un alto nivel social, lo que para las nuevas clases medias representa todo un icono, y una forma de exteriorizar su ascensión social y económica.

Como en otros muchos productos de consumo, en el mundo de los pianos, la asociación de avispados empresarios europeos y estadounidenses con empresas chinas del sector ha reportado y reporta pingues beneficios. La fórmula es ganadora, se reducen los gastos de producción fabricando en China, mientras vendemos el producto en Europa o Estados Unidos a precios típicamente occidentales. El problema radica en que esta situación “ideal” podría no durar eternamente.

Por ejemplo, se ha parado alguien a pensar que sucederá cuando el personal chino, en su momento contratado como mano de obra barata, haya asimilado la tecnología y procesos de fabricación, y una vez adquirido el conocimiento y la experiencia necesaria realice que puede construir los mismos pianos que los europeos, con la misma calidad y hasta mejorarlos? (como en su día hicieron los Japoneses) Pues lo mas probable es que el amigo asiático decida que ya no necesita al socio europeo y que puede tranquilamente prescindir de el.

Para muestra bien vale un botón, tomemos como ejemplo el caso de Gran Bretaña, antaño uno de los principales países constructores de pianos, con tantas marcas de solera y renombre. Hoy en día todas aquellas compañías, como Broadwood, Knight, Challen, Chappel, etcétera etcétera han desaparecido, y la única que aun subsiste (solo el nombre) es Kemble, que por cierto es propiedad de Yamaha, aunque en este caso Yamaha no es una compañía china, sino japonesa. Kemble, La última fábrica de pianos aún existente en Inglaterra fue cerrada en el 2009 y su producción trasladada a Indonesia, donde obviamente los costes de producción son mas bajos. Podemos afirmar que hoy en día la industria pianística en Gran Bretaña a desaparecido por completo. Triste pero realidad.

Y cuando los técnicos chinos, en su día formados por ingenieros y técnicos de emprendedoras compañías europeas, decidan que ya están preparados para acometer por su cuenta la producción en masa de pianos de alta gama en la misma línea de Bösendorfer, Steinway, etcétera, pero a una fracción de su precio? No es difícil imaginarlo, las compañías europeas no podrán resistir la competencia, y si nadie lo remedia pasarán a mejor vida. Quién en su sano juicio va a comprar un Steinway por cien mil euros cuando puede tener un “Steinwok” (la marca me la he inventado yo, espero no darle ideas a nadie) de exactamente la misma calidad y prestaciones por 30000?

No me gusta ser agorero, ni tampoco soy pesimista por naturaleza, pero rizando el rizo y yendo un paso mas allá, me pregunto que pasará el día en que para los fabricantes chinos haya desaparecido en parte o en su totalidad la competencia de las grandes compañías europeas? borradas del mapa por la pujanza industrial asiática y la inexorable ley de la oferta y la demanda. No hay que ser una lumbrera para entender que una vez logrado el monopolio en pianos de media y alta gama, los precios subirán como la espuma, y la consecuencia será que terminaremos pagando (quien pueda, claro) por un piano chino lo mismo o más que antes pagábamos por un piano europeo de calidad. Tiempo al tiempo.

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