La producción anual de pianos a nivel mundial se cifra en unas 500.000 unidades. El ochenta por ciento de todos los pianos fabricados en el mundo se hacen en China. Solo Pear River, hoy en día el primer fabricante a nivel mundial, hace la friolera de 100.000 pianos al año.
LA PRODUCCIÓN ACTUAL DE PIANOS A NIVEL MUNDIAL
Hace poco, leyendo la edición digital de “The economist”, me encontré con el siguiente titular: De cada cinco pianos que se fabrican en el mundo, cuatro están hechos en China! Para que nos hagamos una idea de lo que eso supone, Steingraeber & Söhne el fabricante alemán (por poner un ejemplo) no supera las 300 unidades anuales. Si sumamos los pianos que se fabrican en países del entorno, como Japón e Indonesia, que probablemente suman al menos un quince por ciento más, obtendremos que el porcentaje de pianos que se fabrican entre Europa y Estados Unidos no supera con mucho el cinco por ciento de la producción mundial.
LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA INDUSTRIA DEL PIANO EN EUROPA
La destrucción y el desmantelamiento gradual de la industria de pianos en Europa y Estados Unidos ya la conocíamos desde hace tiempo, pero no imaginábamos que el proceso se había acelerado tanto. El último clavo en el ataúd y uno de los más dolorosos es la desaparición en fecha muy reciente de Pleyel (R.I.P) una de las más queridas joyas que todavía teníamos, un verdadero mito viviente. Disculpadme un segundo, voy a secar una lagrimita que se ha caído en el teclado, perdón. Como iba diciendo, desde Chopin a Stravinsky pasando por Liszt y Debussy la historia de nuestra música occidental está y ha estado ligada a esta legendaria marca. No solo se va una marca de pianos, si no un buen pedazo de nuestra historia y acervo cultural.
De las más de 300 fábricas artesanales o semi artesanales existentes en Europa en la primera mitad del siglo 20, hoy en día las que todavía están en activo no superan la decena, de las cuales muchas de ellas tienen “contratos de colaboración” con firmas asiáticas que las hace (si miramos con ojo inquisitivo) potencialmente sospechosas de la autenticidad de sus productos. A que nos referimos? A la producción mixta o híbrida que hace prácticamente imposible saber en que medida o porcentaje el piano es chino o europeo.
ARGUCIAS LEGALES
Al principio de toda esta movida, lo que se hacia es que la compañía X en Asia (China, Japón, Corea) compraba los derechos de patente de una marca europea o americana (a veces por cuatro duros) y fabricaba los pianos en su fábrica de China para después exportarlos al resto del mundo. La idea era “ennoblecer” el producto dotándolo de un nombre de reconocido prestigio. El problema es que la etiqueta “Made in China” estaba y está tan desprestigiada (desprestigio ganado a pulso a base de vender subproductos de ínfima calidad) que ningún fabricante se atreve a ponerla en sus pianos. Habéis visto acaso algún piano que ponga claramente que está fabricado en China? seguro que no, lo que normalmente se ve son generalidades del tipo “German Scale”, “German technology”, etcétera. Curioso dilema, que los pianos fabricados en el país que mas pianos fabrica no lleven sello de procedencia !!
FABRICADO EN CHINA Y EMSAMBLADO EN EUROPA
En los últimos tiempos la estrategias empresariales se han ido sofisticando y los contratos de colaboración entre fabricantes europeos (los pocos que quedan) y empresas chinas están a la orden del día. Pero que es un contrato de colaboración y que implica? El término es tan subjetivo y extenso que puede significar cualquier cosa, desde asesoramiento técnico o exportación/importación de materiales como por ejemplo cuerdas o tablas armónicas hasta delegar o subcontratar la producción total de pianos a una empresa china. En estos casos, el empresario o consorcio europeo o americano encarga la producción de “sus pianos” conforme a unas instrucciones determinadas a uno de los grandes constructores chinos, como por ejemplo Pearl River, Parsons or Hailun. Los pianos en muchos casos también pueden ser fabricados y exportados en piezas a la “central” de Alemania, donde se limitan a ensamblarlos y hacerles unos ajustes finales antes de quedar listos para ser enviados a las tiendas y distribuidores, por supuesto con la etiqueta bien visible “Fabricado en Alemania“.
Tomemos como ejemplo a la multinacional Parsons que produce la friolera de 70000 pianos al año. En su fábrica de Yichang en China central fabrican pianos para kawai, Brodmann, Rönish, Wilh.Steinberg, etc. todo en una misma fábrica, con secciones individuales repartidas entre las diferentes marcas y fabricando con especificaciones muy diferentes, lo más parecido a una torre de babel, pero que al parecer funciona muy bien
En lo que respecta a la importación/exportación de materiales desde China a Europa o viceversa, en principio parece ser que es algo que tiene que ver solamente con las segundas marcas de las grandes compañías, pero tampoco sería descabellado pensar que algunos de esos materiales de procedencia china se podrían “filtrar” (por supuesto, siempre que su calidad lo permita) a las primeras marcas, al menos a los modelos menos caros. Las grandes marcas guardan un hermético mutismo sobre cuestiones tan delicadas, así que no es posible afirmar ni negar nada con total seguridad.
TRES PALABRAS QUE VALEN SU PRECIO EN ORO “MADE IN GERMANY”
Esta argucia legal posibilita que el piano lleve las tres palabras mágicas “Made in Germany” lo que permite justificar un precio que a menudo es 4 o 5 veces superior al que tendría el mismo piano si no llevara el codiciado “pedigrí”. En realidad de lo que se trata es de producir a precios chinos y vender a precios europeos, ni más ni menos. Pianos con estas características en realidad y para ser justos deberían de llevar la etiqueta “fabricados en china y ensamblados en Europa” pero obviamente no es así.
No hace falta ser un genio en economía para darse cuenta de los pingues beneficios que esa pillería empresarial produce. “Contratos de colaboración” con empresas chinas los tienen compañías del renombre de Steinway & Sons, Bechstein, Seiler, Schimmel (prefiero no continuar) y un largo etcétera. Hoy en día podemos afirmar que en lo que se refiere al piano europeo o mejor dicho alemán, incluyendo a honrosas excepciones como Petrof en la República Checa y Fazioli en Italia, podríamos contar con los dedos de una mano (y posiblemente sobre alguno) las marcas con total garantía de fabricar cien por cien en Europa, con materiales y operarios genuinamente europeos.
EL PIANO CHINO EN LA ACTUALIDAD
En la actualidad la producción de pianos en China está tan diversificada y hay tantos fabricantes con niveles de calidad tan dispares que de un piano chino podemos esperarlo todo, desde todo lo mejor a todo lo peor. Por supuesto la calidad del producto depende mucho de su precio, no es lo mismo gastar 2500 euros en un piano básico de estudio que tener un presupuesto de 30000 euros para un media cola de gama media-alta, los dos pianos estarán fabricados en China, pero las diferencias de calidad (en todos los aspectos) pueden ser enormes. En honor a la verdad y prejuicios aparte, la producción de pianos en China en los últimos diez años ha dado un vuelco impresionante y a mejorado mucho (un servidor lo ha podido constatar en numerosas ocasiones) el problema es la poca homogenización y la falta de credibilidad y prestigio, cosa que pesa como una losa en la industria nacional y que llevará mucho tiempo corregir.
Lo que más a mejorado es la producción de pianos de gama media y gama media-alta, compañías como Parsons, Yantai o Pearl River entre otras, están fabricando pianos de genuina calidad, nada de “rollitos de primavera” pianos muy bien hechos que merecen (prejuicios aparte) el crédito y la atención del aficionado. El problema está en tener la información adecuada y saber separar las “churras de las merinas” (disculpen ustedes la expresión), si así lo hace, el consumidor avisado e inteligente podrá no solo ahorrar mucho dinero, si no comprar un excelente piano a un precio justo. Posiblemente desarrollemos este interesante tema en un futuro artículo.
ERASE UNA VEZ UN PIANO…
Entonces, volviendo a nuestro tema original, que ha pasado con nuestra antaño gloriosa industria del piano? Pues simplemente que ha desaparecido, como las oscuras golondrinas, que diría el poeta. Perdón, otra lagrimita…disculpen, no sé lo que me pasa hoy! Lo que queda, salvo honrosas excepciones son básicamente reminiscencias de otra época. El futuro, o mejor dicho, el presente que vemos desde nuestra humilde atalaya es la producción y el mercado de pianos de media y baja gama dominado en su totalidad por las grandes empresas asiáticas, con unos cuantos fabricantes europeos especializados en producir un número muy reducido de pianos solo para un cliente exquisito (y bien informado) con un nivel adquisitivo muy alto, dispuesto a pagar por productos de genuina y auténtica calidad. Paradojas de la vida, una buena parte de esa clientela exclusiva capaz de comprar esos pianos que representan todo un “status simbol” y que mantienen con vida a los pocos fabricantes europeos que todavía sobreviven, proviene de China. Que cosas…!!
copyright © Juan Olalla 2014 – Todos los derechos reservados – All rights reserved
Tienes algo que decir o comentar, alguna crítica corrosiva, objeción o sugerencia? tus opiniones y comentarios son siempre muy apreciados, puedes escribir lo que desees a pie de página, gracias.